PALABRA DE VIDA
DOMINGO DECIMOQUINTO, Tiempo Ordinario (ciclo A)
Santuario, 16, JULIO, 2017
Segundo día de Novena a la Virgen de la Cabeza en su Basílica, del Cerro del Cabezo
" El que tenga oídos para oír; que oiga".
Ambientación
Agradecemos vuestra presencia, en este SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE LA CABEZA;
Hermano Mayor y su señora Dulce, Vice Hermanos Señores y Señoras; Presidente de la Gestora y señora, Cofrades y devotos de la Virgen. Como al Coro de la Virgen de la Cabeza de Cardeña. Domingo tras domingo nos reunimos para escuchar la palabra de Dios y participar en su mesa. Muchos de los presentes están familiarizados con la palabra de Dios en la Biblia y conocen de memoria muchas parábolas del evangelio. Dios ofrece a todos su palabra y sus dones sin examen previo para ver si ofrecen garantía o no. Jesús nos invita a reflexionar sobre el compromiso de responder a esos dones: el que tenga oídos para oír; que oiga.
Tal vez tenemos motivos para preguntar: ¿Oigo yo de verdad la palabra de Dios o la dejo resbalar sin que penetre en el corazón? ¿Qué actitud tengo frente a esa palabra y qué significa la semilla de Dios en mi corazón.
(Un momento de silencio)
En la presencia de Dios decimos:
Hace tiempo que estamos escuchando la Palabra de Dios. Pero no la llevamos a la práctica. "Por una oreja nos entra y por la otra nos sale", no hacemos caso. Vamos a pedir perdón:
* Nuestras voces y nuestro ruido nos impiden escuchar tu Palabra: SEÑOR, TEN PIEDAD...
* Nuestras voces y nuestros gritos nos impiden escuchar a los demás, a los "sin voz" : CRISTO, TEN PIEDAD...
* Hablamos mucho, pronunciamos palabras duras y ofensivas que te molestan a Ti y a los demás: SEÑOR, TEN PIEDAD...
Oración
Te damos gracias, Señor, por habernos concedido
el don del oído y de la palabra, que nos permiten
comunicarnos con los demás. Que nuestros oídos,
estén siempre atentos a lo que Tú quieres de nosotros,
y que nuestros labios proclamen tu Palabra
sin herir ni molestar a nadie. Amén.
Leemos la Palabra, para que nos ilumine y nos afiance en la fe de Jesús:
+ Lectura del santo evangelio según san Mateo, 13,1-23
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:
-«¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó:
-«A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."
¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron. Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:
Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.
Lo sembrado en zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.
PALABRA DE DIOS
Comentario
" Dios Padre quiere para todos, la cualidad de saber escuchar. De saber escuchar a los demás. Con interés, con atención, con respeto, con afecto. Todos sabemos que con frecuencia no nos es fácil; pero es condición y fruto de un amor real. Las dos cosas al mismo tiempo: condición y fruto. Si no sabemos escucharnos, no puede circular una corriente de amor y cariño; y, al mismo tiempo, todo amor auténtico se demuestra si hay escucha mutua. Por ejemplo: saber escuchar los padres a sus hijos adolescentes, aunque estos hablen a veces agresivamente (y viceversa, claro está: saber los hijos adolescentes escuchar a sus padres aunque les cueste entender sus razones). Saber todos escuchar a los ancianos, con interés, aunque pensemos que se repiten (escucharles con interés real, no con atención fingida). Saber escucharse también los esposos, incluso tras muchos años de convivencia que llevan a suponer que ya lo saben todo uno de otro (quizá se supone eso porque se ha dejado de escuchar con interés y también con humor). Y tantos otros ejemplos que podríamos recordar.
He comenzado esta reflexión recordando el valor humano y cristiano del saber escuchar, porque en el evangelio que hemos proclamado probablemente las palabras que más se repiten son escuchar, oír...
Muchas veces, cuando comentamos esta parábola del sembrador, insistimos en lo decisivo que es que cada uno de nosotros sea "tierra buena" para que la semilla que Dios siembra en todos pueda dar fruto abundante, respondiendo al anhelo y la esperanza de nuestro Padre.
Sin duda, esta disposición personal a acoger la palabra de Dios, su semilla de vida, con corazón abierto, con profundidad, quitando obstáculos, es muy importante. Pero no olvidemos que hay un paso previo, también decisivo según las palabras de Jesús: el querer y saber escuchar la palabra que Dios nos dirige. Os decía antes que sabernos escuchar de verdad unos a otros, con frecuencia nos es difícil. No lo practicamos por pereza, comodidad, egoísmo. Y eso nos perdemos: perdemos la posibilidad de enriquecernos personalmente con lo que de los demás podríamos recibir; perdemos la oportunidad de conocernos y apreciarnos mucho más.
Igualmente ante Dios. No sabemos lo que nos perdemos por no escucharle con atención, interés, afecto. Si no escuchamos su palabra de vida que nos llega sobre todo a través de su Hijo Jesús (él es, personalmente, la Palabra de Dios). Que nos llega a través de toda la revelación (por ejemplo, cada domingo, en las lecturas que proclamamos). Pero también si no sabemos escucharle a través de tantos otros modos como en la realidad actual de nuestra vida, Dios nos habla. La bondad, la generosidad, la disponibilidad, de tantos hermanos nuestros que nos rodean, son palabras llenas de contenido que Dios nos dirige. O los hechos alegres -y también las pruebas y las dificultades- son puentes de diálogo que Dios nos tiende. Repito: no sabemos lo que nos perdemos si no sabemos escuchar.
Podríamos hoy, en esta Eucaristía, pedirle esto a nuestro Padre. Que aprendamos a escucharle a él, que aprendamos a escucharnos unos a otros. Con una oración que se basa en un hecho que es nuestra gran confianza: quien, ciertamente, siempre nos escucha, con atención e interés, es él, Dios nuestro Padre".
Es el momento de hacer silencio, meditar.........
Oremos y Pidamos al Señor por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza.
Tú eres, Padre, LLUVIA FECUNDA que hace germinar la tierra de nuestras vidas. Escucha las súplicas que te dirigimos a pesar de nuestras limitaciones:
HAZNOS TIERRA FECUNDA, SEÑOR
1. A pesar de que estamos al borde del camino y que los pájaros se llevan la semilla de tu Palabra que echaste sobre nosotros. Oremos.
2. A pesar de que somos tierra pedregosa, donde es casi imposible que tu Palabra anide y eche raíces fuertes y profundas. Oremos
3. A pesar de las zarzas y los espinos de nuestra cultura insolidaria, egoísta. Oremos
4. A pesar de nosotros mismos, llenos de deseos, pero pobres en realizaciones.. Oremos
5. A pesar de nuestra sequedad, fijos nuestros ojos únicamente en la eficacia. Oremos
Que tu Palabra, Señor; penetre en nuestras vidas y vuelva a ti fecunda tal como tú deseas y siempre realizas, a pesar incluso de nuestra pobreza y pequeñez. Amén
Damos Gracias
Podría haber sido de los que no te conocen, de los que viven huérfanos, buscándote por el mundo.
Pero Tú quisiste plantar en mí la semilla de tu Amor,
y ese ha sido tu mejor regalo para mi vida.
Gracias porque te las arreglaste para que alguien nos presentara, porque seguiste echando semillas, a través de tantas personas que hoy quiero recordar:
Gracias por..., que me habló de ti, antes de que yo te entendiera. Gracias por..., que me enseñó a ir conociéndote.
Gracias por..., que te fue metiendo en mi vida, sin que me diera cuenta.
Gracias por..., que se ocupó de que lo nuestro fuera más serio.
Gracias por..., que profundizó en nuestro amor y lo hizo más intenso.
Gracias por..., que me fue ampliando detalles de tu vida y nos hizo amigos.
Gracias por..., que me enseñó a rezar, a hablar contigo e incluirte en mi vida.
Gracias por..., que no se atrevía a hablarme directamente de Ti, pero su hacer me enseñaba, cómo se vivía a tu manera.
Gracias por..., que me ayudó o me ayuda a rebrotar de entre las piedras.
Gracias por..., que con sus palabras sabias me supo acercar tu mensaje.
Gracias por..., educadores y catequistas que me has ido regalando, para mantenerme entusiasmado contigo y con tu espíritu.
Gracias porque sigues sembrando en mí, con paciencia,
en medio de mis sequedades, esterilidades y brotes tardíos.
Hoy quiero pedirte que sigas echando tu semilla en la tierra,
que no dejes a nadie sin ser tocado por tu presencia.
Echa un puñadito de semilla en el corazón de los gobernantes, en el de los científicos, los sabios, los investigadores, los artistas y los poderosos; en el de los que sufren, están solos, insatisfechos, o están perdiendo la vida sin disfrutarla...
Fumíganos a todos para que no nos ataque la plaga de la indiferencia, la comodidad, la injusticia".
¡Feliz Semana!
¡Disfrutad de las Vacaciones!