PALABRA DE VIDA
CORPUS CHRISTI (ciclo A)
Santuario, 18, JUNIO, 2017
" Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre".
Ambientación
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
" En la fiesta de Corpus, la Iglesia nos convoca para celebrar la gran realidad que nos reúne cada domingo, que nos reúne cada vez que celebramos la Eucaristía: el Señor Jesús está con nosotros, él personalmente es nuestro alimento de vida. Porque él quiere que su vida sea nuestra vida, su amor sea nuestro amor".
Al comenzar nuestra oración es el momento de revisar nuestra vida, nuestro corazón, actitud y nuestras manifestaciones:
-Tú , que eres abundante pan de vida. SEÑOR, TEN PIEDAD...
-Tú, que eres camino de esperanza. CRISTO, TEN PIEDAD...
-Tú que eres fuente de unidad y de paz. SEÑOR, TEN PIEDAD...
Haznos conscientes, Señor, de que somos tus manos para construir un mundo donde habite la justicia y la paz.
Haznos conscientes, Señor, de que somos tus labios paRa difundir tu palabra de libertad y esperanza.
Haznos conscientes, Señor, de que nuestro comportamiento deforma tu rostro y tu mensaje.
Ayúdanos, Señor, a convertir estas palabras nuestras en hechos solidarios y eficaces. AMEN.
Escuchamos la Palabra, para que nos ilumine y afiance en la fe de Jesús:
+ Lectura del santo Evangelio según San Juan, 6, 51-58
En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: - Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí: - ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo: - Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come de este pan vivirá para siempre.
Palabra del Señor
Es el momento de hacer silencio, meditar.........
Comentario
" Son bastantes las personas que “asisten” a misa sin saber exactamente cómo vivir cada momento de la celebración. Sin embargo, sólo esta participación personal puede hacer de cada eucaristía una experiencia viva capaz de alimentar la vida del creyente.
El canto de entrada y el saludo del sacerdote nos ayudan a “entrar” en el clima de la celebración. Atrás queda una semana de trabajos y preocupaciones. Ahora me encuentro junto a otros creyentes como yo. Juntos vamos a vivir la experiencia que nos desea el que preside. Quiero acoger la “gracia” de Cristo, recordar el “amor” del Padre y sentirme unido a los demás por la “comunión” del Espíritu Santo.
Entramos ahora en el rito penitencial. Unos breves momentos para recordar que también a lo largo de esta semana he sido egoísta y mediocre. “Señor, ten piedad”, me acerco a Ti buscando tu gracia y tu perdón.
La Liturgia de la Palabra es el momento de sentarme para escuchar la Palabra de Dios. Todos los días veo la televisión, escucho la radio, leo periódicos y hablo con la gente. Pero necesito escuchar algo diferente. ¿Qué me quiere decir Dios? Llega la lectura del evangelio. Me pongo de pie. Quiero estar atento a las palabras de Jesús. Me pueden ayudar a vivir la próxima semana de forma más humana y esperanzada.
Después de escuchar la Palabra de Dios, recitamos el Credo. es un gesto importante de la comunidad creyente. Todos los domingos, puestos en pie, confesamos nuestra fe, también yo. No puedo detenerme en cada frase, pero quiero sentirme creyente, a pesar de mis dudas y de mi debilidad. “Creo, Señor, pero aumenta mi fe”.
Después del ofertorio, comienza la “Plegaria eucarística”, el momento central de la misa. El sacerdote nos invita a “levantar el corazón” para dar gracias a Dios. Quiero hacerlo de verdad. Es bueno, es justo y necesario darte gracias siempre y en todo lugar a Ti, Padre Santo y Bueno. A veces no acierto a creer, pero no quiero que se me pase la vida sin darte gracias por la creación, por mi vida, por Jesucristo nuestro Salvador. Es lo más grande que puedo hacer este domingo.
Se acerca el momento de la comunión. Quiero prepararme bien. Voy a rezar el Padre nuestro, sintiéndole a Dios como Padre y sintiéndome hermano de todos. Luego haré el gesto de la paz. Quiero vivir dando mi mano a todos, buscando siempre la unión y la paz. Sólo entonces me acercaré a comulgar. Sé que no soy digno, pero el Señor me entiende. Necesito sentirme reconfortado y fortalecido interiormente. Necesito sentirle a Cristo cerca, dentro de mí. Quiero acogerlo en mi vida".
Es el momento de buscar compromisos.
Pidamos al Señor, por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza, en este tiempo de gracia y misericordia, que acuda en ayuda de nuestra debilidad, y le presentamos nuestras necesidades.
Todos: ESCÚCHANOS, SEÑOR.
-Oremos, hoy, en primer lugar por nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Por los que aquí y en todo el mundo carecen de lo que es justo que toda persona tenga. Oremos...
-Pidamos, hoy, también especialmente por quienes –en la Iglesia y en la sociedad- trabajan en instituciones y grupos al servicio de los pobres. Oremos...
-Muchos niños y niñas, hoy y durante estas semanas, participan por primera vez plenamente en la Eucaristía compartiendo el Cuerpo del Señor. Por todos ellos, por sus padres y familiares, por sus catequistas. Oremos...
-Finalmente, oremos por quienes nos hemos reunido hoy aquí y por nuestros familiares, amigos y vecinos. Pidamos que el amor que el Señor nos manifiesta al darnos su Cuerpo y su Sangre, esté muy presente en toda nuestra vida. Oremos...
Escucha, Padre de amor, las peticiones que con fe y esperanza te hemos dirigido. AMEN.
Es el momento de dirigirnos a Dios diciendo:
Padrenuestro que estas en los cielos......
Acción de Gracias:
"Con la fuerza de tu Cuerpo y de tu Sangre, queremos, Señor, hacer un mundo nuevo y una historia distinta: sin clases, sin odios, sin discriminación, sin ricos ni pobres, todos iguales en la justicia y en la paz.
Queremos un mundo distinto, donde no anide la opresión contra los emigrantes, ni el abuso contra los económicamente débiles, ni la violencia, ni el terrorismo, ni la venganza.
Queremos un mundo como Tú lo quieres, limpio y hermoso para todos, todos iguales y en familia, todos hermanos, solidarios y amigos.
Queremos un mundo donde dé gusto vivir, donde todos podamos ser dichosos.
Y lo vamos a conseguir, porque esa es tu voluntad y nuestra fuerza, porque no vamos a escatimar esfuerzos, porque vamos a dejar la vida en ello.
Ayúdanos, Señor, a cumplir en la tierra tu voluntad igual que se cumple en el cielo por tus santos y amigos, nuestros hermanos".
¡Buena Semana!