Fiesta de la Natividad de la Virgen María
Hoy, 8 de septiembre, la Iglesia entera se reviste de gozo para celebrar la Natividad de la Virgen María, la aurora que anuncia el sol de Cristo. Su nacimiento fue promesa cumplida, esperanza encarnada y comienzo de la redención que alcanzaría su plenitud en su Hijo amado.
En esta fecha bendita, los corazones de Andújar y de toda Sierra Morena laten con especial gratitud al mirar hacia la cumbre sagrada donde, desde hace siglos, brilla la Virgen de la Cabeza. Ella, pequeña y humilde en la historia, se manifiesta grande en la fe de su pueblo. Su imagen coronada nos recuerda que la Niña que hoy nace en Nazaret será Madre, Refugio y Estrella para todos los que la invocan.
La Virgen de la Cabeza es memoria viva de esa maternidad. Así como en su nacimiento María trajo la esperanza al mundo, en su advocación serrana sigue trayendo consuelo a los peregrinos que suben entre cantos y oraciones hasta su santuario. La montaña se convierte en símbolo del camino del hombre hacia Dios, y María, la Niña nacida en este día, es la guía que nos conduce con ternura y firmeza hacia el encuentro con su Hijo.
Hoy celebramos, por tanto, no solo un aniversario litúrgico, sino también la certeza de que Dios, en su misericordia, nos regaló a María para que fuera Madre nuestra. Y bajo la dulce advocación de la Virgen de la Cabeza, proclamamos que su Natividad sigue siendo luz que disipa nuestras sombras, fuente de esperanza para nuestras debilidades y causa de alegría para nuestros pueblos.
¡Feliz día de la Natividad de la Virgen María!
¡Viva la Virgen de la Cabeza, Madre y Señora de Sierra Morena!