PALABRA DE VIDA

SEXTO Domingo, PASCUA (ciclo A)

Santuario, 21, Mayo, 2017 

"Si me amáis cumpliréis mis mandamientos"

                                   

Ambientación

         Nos ponemos en la presencia de Dios, para que el nos ilumine con su espíritu.

         "Hace ya seis semanas que venimos celebrando la Pascua, la victoria del Crucificado sobre la muerte. Este triunfo se actualiza para nosotros aquí y ahora, en la celebración de la Eucaristía, de modo que lo que aquí hacemos no es sólo un rito, sino el encuentro de amor con la Vida de nuestra Vida. Dispongámonos a participar activamente, a escuchar con atención la Palabra de Dios y a buscar la manera de hacer nuestra vida cada vez más conforme a la voluntad de Dios nuestro Padre".

 

Al comenzar nuestra oración es el momento de revisar nuestra vida, nuestro corazón, actitud y nuestras manifestaciones:

Después de una breve oración personal  en silencio, prosigue:

 

        Señor Jesucristo, presente en el sacramento del amor.

Venimos como enfermos al médico de la vida; como seres impuros, a la fuente de la misericordia.

        Como ciegos, a la luz de la inmensa claridad; como pobres y necesitados, al Señor del cielo y de la tierra.

        Te pedimos confianza en tu amor abundante: sana nuestra enfermedad; limpia todo mal consejo de nuestro egoísmo; haz desaparecer nuestras cegueras; enriquece nuestra pobreza y satisface nuestra necesidad; para que podamos acceder siempre con limpio corazón y actitud creyente al banquete de la vida, al sacramento de tu amor;

para que seamos signos del don de tu presencia sin fin. Amén.

 

Escuchamos la Palabra, para que nos ilumine y afiance en la fe de Jesús:

+ Lectura del santo Evangelio según San Juan, 14,15-21

 

        En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.

        No os dejaré desamparados, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis, y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.

Palabra del Señor

Es el momento de hacer silencio, meditar.........

 

Comentario:

 

         "Los creyentes –a pesar de los problemas de la vida- debemos tener esperanza y vivir con esperanza, porque creemos y confiamos en Jesús.

         Pero, lo que los creyentes no podemos hacer, es vivir como personas que desconocen o se desentienden de la presencia del mal en el mundo, que aparece bajo mil formas: hambre, injusticia, pobreza, enfermedad.

         Hoy, día del enfermo, nos planteamos un mal real y universal: la enfermedad.

         La enfermedad es una experiencia personal y una realidad universal.

         Poderosos y débiles, ricos y pobres, sabios e ignorantes, todos están (estamos) expuestos al riesgo de la enfermedad.

         El progreso de la ciencia, de la medicina ha aliviado muchas dolencias y vencido muchas enfermedades, pero aparecen otras nuevas, como el “cáncer” y el “sida”, que nos recuerdan que todos podemos pasar por la experiencia de la enfermedad.

En este domingo del enfermo debemos plantearnos:

Qué enseñanza podemos sacar de la experiencia de la enfermedad.

  • La enfermedad puede ayudarnos a descubrir la fragilidad y los límites de nuestra condición humana.

A cuestionar el “culto” que damos muchas veces a nuestro cuerpo.

A poner a prueba nuestra seguridad y nuestro orgullo, ya que la enfermedad puede echar por tierra todos nuestros planes.

La enfermedad puede ayudarnos a conocernos mejor a nosotros mismos, descubriendo si somos o no somos capaces de hacer frente a los problemas de la enfermedad.

 

  • La enfermedad ajena puede ayudarnos a preocuparnos más de los demás y no preocuparnos sólo de nosotros mismos.
  • En cualquier caso, la enfermedad nos plantea a los creyentes, una serie de interrogantes:

¿Hago yo algo por aliviar la soledad y el sufrimiento de los enfermos?

¿Veo en el enfermo, no a un ser inútil, sino a un ser que sufre y que necesita compañía, comprensión y cariño?

¿Estoy dispuesto a hacer algo por los enfermos?

Recordemos, para acabar, aquellas palabras de Jesús: “Venid, benditos de mi Padre, a poseer el reino preparado para vosotros, porque estuve enfermo y me visitasteis...”

 

Es el momento de buscar compromisos.

 

 Pidamos al Señor, por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza, en este tiempo de gracia y misericordia, que acuda en ayuda de nuestra debilidad, y le presentamos nuestras necesidades.

 

1.- Te pedimos, Padre, por tus hijos enfermos, los que sufren en su cuerpo o en su alma, que encuentren salud, consuelo y fortaleza. Oremos.

 

2.- Te pedimos, Padre, por los que atienden y cuidan a los enfermos, que lo hagan con cariño. Oremos

 

3.- Te pedimos, Padre, por todos nosotros, que sepamos respetar y acompañar a los enfermos, y aliviarles con nuestra presencia. Oremos

 

4.- Te pedimos, Padre, por los enfermos del Espíritu, los que no tienen fe ni esperanza, ni encuentran sentido a su vida, para que al menos reconozcan su enfermedad. Oremos

 

5.- Te pedimos, Padre, por la Iglesia, para que sea sacramento de salud y salvación. Oremos

 

6.- Te pedimos, Padre, por medio de Jesucristo, que des salud y gracia a los enfermos y nos concedas a todos aumento de vida y salvación. Amén

 

Acción de Gracias:

 

Yo no soy el Amor,

pero Dios quiere amar a través de mí a todos los seres.

 

Yo no soy la Luz,

pero mi vida es una llama que se alimenta

en la búsqueda sincera de la verdad.

 

Yo no soy la Palabra,

pero en mi silencio cargado de imperfecciones

se cultiva la flor más bella

 

Yo no soy la Santidad,

pero en todas mis reconocidas imperfecciones

se cultiva la flor más bella de la humildad.

 

Yo no soy el Salvador de nadie,

pero el Salvador de todos quiere

apoyarse en mí para seguir salvando.

 

Yo no sé quién soy,

pero me basta con saber que Alguien lo sabe

y me lo va diciendo paso a paso.

¡Buena Semana!

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