PALABRA DE VIDA

QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

SANTUARIO, 4 DE FEBRERO DE 2018.-

«Se levantó de madrugada y se puso a orar».

 

Ambientación

           

            Nos reunimos de nuevo, para encontrarnos entre nosotros y de esta forma con el señor, pues el nos dijo: "Donde dos o más, se reúnen en mi nombre, yo estoy en medio de ellos".

         "En el fondo todos amamos la vida. Por eso la cuidamos o vamos al médico cuando nos sentimos enfermos. Todos queremos vivir y ser felices.

         Sin embargo, cuántas veces nos quejamos de la vida; cuántos comentarios sobre la debilidad, la desilusión o la mala suerte. ¿Hay alguien que no se haya quejado alguna vez?

         Hoy, como ayer, no faltan las desgracias, los problemas, los sufrimientos y un sin fin de preocupaciones. Los cristianos tenemos la suerte de poder contar con la orientación de Jesús y con la ayuda de la oración. Jesús se agarró fuertemente a este recurso. Tanto que, incluso cuando la gente lo busca, Él considera, en ocasiones, que es preferible orar que actuar".

(Un momento de silencio)      

 

En la presencia de Dios

Pedimos perdone nuestros pecados.

 

- Tú, Señor, que eres salud para los enfermos.

¡Señor, ten piedad!

- Tú, Señor, esperanza para todos los decaídos y afligidos.

¡Cristo, ten piedad!

 - Tú, Señor, que eres misericordioso con los pecadores.

¡Señor, ten piedad!

 

Dios nuestro Padre tenga misericordia de nosotros perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

 

Oración

     Vela, Señor, con amor continuo sobre tu familia;  protégela y defiéndela siempre, ya que sólo en Ti ha puesto su esperanza. Amén.

 

Escuchamos la Palabra

Monición al Evangelio

 

Donde está Jesús hay vida, crece la vida, se lucha por la vida. Donde está Jesús hay amor por la vida, interés por el ser humano, pasión por la liberación de todo mal. Jesús da la salud a la suegra de Pedro como signo del Reino de vida que ha venido a anunciar. Con la actuación de Jesús el pueblo descubre algo nuevo y se moviliza, el pueblo descubre el Reino y la presencia de Dios.

 

+ Lectura del Santo Evangelio según san Marcos, 1,29-39

     En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron.

Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar .

Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:

- «Todo el mundo te busca».

Él les respondió:

- «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido».

Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor

 

COMENTARIO:

 

            " El pasaje evangélico de hoy no tiene sentido si lo desglosamos de la actividad de Jesús en la sinagoga narrada el domingo anterior. Jesús va sembrando un río de vida allí por donde pasa. La verdad que lleva en su palabra y en su vida, inunda de vida y devuelve la vida a los enfermos.   Muchas de las sanaciones narradas son anónimas. Sólo la suegra de Pedro es mencionada de manera más destacada, pero sin llegar a darnos el nombre. Su dolencia desaparece en el momento en que Jesús llega donde ella está y le toca. La enfermedad de esta mujer posiblemente sea la enfermedad de muchas personas de hoy, atravesadas por la soledad, los complejos, las depresiones o la falta de consideración. No hizo falta mucho para curarla. Jesús la toma de la mano y el contacto físico hizo que la fiebre desapareciera y se integrara de nuevo en las tareas de la casa. Algo así como cuando las madres toman en sus brazos al niño que llora y el contacto materno les calma, les devuelve a la normalidad. Algo así como cuando una visita de un amigo o una palabra de ánimo levanta del suelo al que está caído y lo devuelve a la alegría de vivir...

         En medio de este ajetreo de encuentros y curaciones, el evangelista subraya el secreto de Jesús que es capaz de sembrar salvación y novedad de vida: «Se levantó de madrugada y se puso a orar». He aquí la razón de su poder. He aquí la fuente que riega de vida a todo el que está enfermo. He aquí el núcleo en torno al que Jesús gira. La vida, las palabras y los gestos de Jesús no son comprensible sin la relación que mantiene con su Padre.     Los momentos de intimidad filial son los que realmente hacen de Jesús el «hombre con autoridad».

         Quizá más de uno tenga la experiencia de haber escuchado en grupo a esas personas que, estudiosas o no, lo único que dejan traslucir cuando hablan es que Dios está en ellas y por eso está en su boca y en su vida. Hablan de Dios como quien intima con Dios; hablan de Dios como quien tiene trato de personal con Dios...

 

         Y es asombroso contemplar los dos mundos que Marcos dibuja en la narración: sus discípulos, que tienen mucho que aprender, preocupados en que Jesús siga atendiendo las demandas de los que le buscan; Jesús, por su parte, que sencillamente les responde: «Vámonos a otra parte para predicar también allí que para eso he venido».

         Lo de Jesús es ser sembrador. No es cosa de él hacer crecer la semilla. Eso le pertenece al Espíritu. Lo de Jesús es llenar el mundo de palabra, de semillas, de gestos que abran los ojos a la gente. Lo de Jesús no es saciar curiosidades, es suscitarlas, poner en camino, dar que pensar.

Es el momento de hacer silencio, meditar.........

 

      Oremos y Pidamos al Señor por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza.

 

Oración de los fieles

especial recuerdo para todos los que sufren en el mundo.

 

 1.- Por la Iglesia; para que se haga presente, como Jesús, allí donde hay dolor y sufrimiento, llevando su mensaje sanador y liberador.

Roguemos al Señor.

 

2.- Por quienes viven solos, sin cariño, sin calor de amigos y familiares, para que puedan encontrar personas con quienes convivir, a las que querer y que los quieran.

Roguemos al Señor.

 

3.- Por todos los que han comprendido que su vocación cristiana les compromete en la transformación de las estructuras de este mundo, buscando una mayor justicia y fraternidad.

Roguemos al Señor.         

 

4.- Por los niños que llegan a la vida; para que se encuentren con un mundo acogedor en el que se respete y cuiden sus derechos.

Roguemos al Señor.

 

5. - Por todos nosotros, para que nos sintamos Iglesia de Jesús, presentando su mensaje con alegría y esperanza.

Roguemos al Señor.

Por Jesús Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

Damos Gracias

 

         Jesús, en el evangelio de hoy, nos ofrece tres detalles de vida : servicio en favor de los que están postrados por la enfermedad, íntima comunión con el Padre y una absoluta disponibilidad con su voluntad.

 

         Jesús acude a la casa de la suegra de Pedro, donde hay enfermedad, y tiende la mano para transmitir su vida: levanta a la enferma. Este verbo, levantar, es el que el evangelista usa otras veces para expresar la resurrección del mismo Jesús. La primera curación de Jesús es, pues, un anticipo de lo que sería la radical y total curación : la resurrección. La reacción de la suegra de Pedro es la actitud del servicio : "se puso a servirles". El síntoma de estar curado, de haber resucitado, es mantener una actitud de servicio.
         Detrás de las actuaciones de Jesús están la comunión permanente con el Padre, la búsqueda de la sintonía constante con su voluntad para reafirmarse en el sentido de su misión : predicar y expulsar demonios, "que para eso he venido".

 

         Volvemos a la vida diaria para ser testigos de lo que hemos compartido. La evangelización es un deber y una responsabilidad de cada uno y de toda la Comunidad. Recordemos los ejemplos de Jesús y de Pablo. Pero reparemos también en la importancia de la oración para comunicar el Evangelio con pasión y con acierto.          Manos a la obra que Dios nos acompaña.

 

¡Feliz Semana!

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