PALABRA DE VIDA

 PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO CICLO B

Santuario, 3 de Diciembre de 2017

                        "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento"

 

Ambientación

 

       Llamados por Dios, convocados por el Espíritu, nos hemos reunido aquí, un día más, para orar juntos a Dios Trinidad..

Hoy comienza el Adviento. Es una llamada a la esperanza y a nuestra respuesta como cristianos.

El Evangelio de hoy nos dice que debemos estar alerta, con los ojos abiertos; y que debemos vivir nuestra fe como un compromiso serio con Jesús.

Nosotros, muchas veces estamos apagados, sin ganas, porque la vida sigue igual y nada cambia.

La oración de hoy debe ser un toque de atención, una llamada a preparar la venida de Jesús, el Salvador, para prepararnos a la Navidad.

Vamos a allanar el camino, y sobre todo, nuestros corazones para que el mensaje de Jesús sea una realidad en nuestras vidas.

(Un momento de silencio)

 

En la presencia de Dios decimos:

 

En presencia de Dios, pequeños y grandes, confesemos nuestra debilidad, confesemos que tenemos necesidad de Dios.

 

- Se nos ha endurecido el corazón, se nos ha hecho de piedra.

SEÑOR, TEN PIEDAD...

- Escuchamos sólo lo que nos interesa y tu palabra se nos hace difícil.

CRISTO, TEN PIEDAD...

- Nos entran ganas de ser dioses, de vivir al margen de Ti.

SEÑOR, TEN PIEDAD...

 

Oración colecta:

Empezamos hoy el camino hacia la Navidad.

Y queremos celebrar con mucha alegría

tu venida, Señor, entre nosotros.

Queremos que la fiesta de tu Nacimiento

nos enseñe a amarte más,

y a amar de verdad,

a todos los que están a nuestro alrededor.

Te pedimos, Padre,

que sepamos vivir la Navidad que se acerca

como Tú quieres que la vivamos.

Te lo pedimos por JNS...

 

Escuchamos la Palabra

+ Lectura del santo Evangelio según san Marcos, 13,33-37

 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.

Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.

Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.

Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!.

Palabra del Señor

 

COMENTARIO:

El tiempo de Adviento que hoy inauguramos es un tiempo rico en matices y en motivaciones que pueden ayudarnos para dar a nuestra vida un nuevo impulso.

Contemplamos la figura de Jesús que viene a enseñarnos cómo debemos vivir, precisamente compartiendo nuestra vida.

Si estamos deseosos de cambiar, si vivimos la esperanza de que nuestro mundo puede y debe ser mejor; si buscamos con ansiedad y alegría metas que nos ayuden a realizarnos plenamente como personas... estamos en sintonía con el Adviento.

No podemos esperar “algo” ajeno a nosotros y venido del exterior, sino ALGUIEN que está muy dentro de nosotros y al que debemos descubrir. Por eso es importante comenzar este tiempo en una actitud de alerta, como nos indica el texto del evangelio que acabamos de escuchar: ¡Velad!.

Velad, porque hay muchas cosas QUE ADMIRAR. ¡Qué terrible es acostumbrarse!... Vamos por la vida endurecidos, insensibles, apagados, y no escuchamos su hermosa sinfonía. Nos embota la rutina, la opacidad, la dispersión, el hastío de todo. No valoramos el despertar de cada mañana, cargado de promesas. No reconocemos la lluvia de regalos que nos viene cada día.

Debiéramos estallar en una gran risa cada mañana y cada noche. ¡Qué necios e inconscientes somos! Lloramos y nos lamentamos cuando nos visita un pequeño sufrimiento o dolor, y no gozamos y alabamos cada vez que la vida nos baña. Porque un baño de vida repasa todos y cada uno de nuestros miembros, y debiéramos de alegrarnos de estar vivos; respira hondo y agradece el aire que te vivifica; analiza el mundo de tus pensamientos y de tus sentimientos y alaba esas experiencias; mira las personas y los acontecimientos y admíralos; canta franciscanamente todas las cosas hermosas que te rodean.

Velad, porque hay muchas cosas QUE ESPERAR. Cada día puedo encontrarme con una luz, un pensamiento, un ejemplo, una sonrisa, una palabra, un signo, una amistad, una oportunidad, que me haga feliz. Siempre hay algo nuevo bajo el sol, si soy capaz de mirar. Mis deseos pueden encontrar una respuesta satisfactoria, si sé escuchar. Una bonita sorpresa me puede llegar en cada momento, si estoy preparado para ello...

Velad, porque hay muchas PERSONAS QUE ENCONTRAR. Nos movemos cada vez más en un mundo de cosas y de máquinas, que de personas. Cada encuentro con una persona es como un sacramento. Velad, para que las relaciones entre las personas no sean grises y violentas. Velad, para que los encuentros no sean superficiales y pasajeros. Velad, para que no se nos escape lo esencial de las personas por fijarnos únicamente en lo superficial. Lo esencial: ese detalle que refleja la existencia de un gran corazón, esa mirada que pide ayuda sin decir nada, esos silencios cargados de elocuencia, esa paz que se desprende de las personas que viven en la sencillez, la bondad que se adivina tras muchos rostros aparentemente fríos. Cada cristiano debiera ser un experto en humanidad y tener ojos profundos para saber descubrir las riquezas que se ocultan detrás de lo meramente externo.

Velad, porque Jesús VIENE A TU ENCUENTRO. Hay que estar muy atentos para descubrir a Cristo, que suele presentarse disfrazado, como a la Magdalena o a los de Emaús . Vigilemos, para reconocer a Cristo, vestido de pobre o jugando con los niños o sudando con el ganadero o el agricultor o con el rostro desfigurado por el dolor... Nunca le verás como lo pintan en las iglesias... Vigilemos, para que podamos tener la dicha inmensa de encontrar a Cristo...

Velemos, pero no como el soldado que teme, sino como el amigo que espera a su Amigo para gozar de su compañía.

Velemos, para que Cristo no pase de largo y el Adviento termine en Navidad.

Es el momento de hacer silencio, meditar.........

 

     Oremos y Pidamos al Señor por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza.

 

 

- Por todos los cristianos, que las próximas celebraciones de Navidad nos acerquen más a Dios y a los demás y todos podamos vivir con esperanza. OREMOS...

VEN, SEÑOR JESÚS.

 

- Por aquellos que se sienten tristes y vacíos, porque nada esperan o nada tienen, que por medio de nosotros descubran motivos de vida y alegría. OREMOS...

VEN, SEÑOR JESÚS.

 

- Por nuestra sociedad, por nuestro pueblo, por toda la humanidad y por todos los deseos de amor y paz que se pronuncian estos días, que no sean sólo palabras, sino hechos. OREMOS...

VEN, SEÑOR JESÚS.

 

Ven, Señor Jesús. El mundo espera tu venida. Enciende en el corazón de todos los hombres la llama de tu amor, para que, como María, sepamos recibirte y aceptarte. Amén

 

Damos Gracias

 

Gracias, Señor, por haber salido de tus manos y por venir a restaurar nuestras imperfecciones.

Gracias porque, aunque vienes sigilosamente, nos dejas reconocerte con facilidad si sabemos vigilar y estar atentos a tu llegada.

Gracias, porque no vienes de visita, sino que te quedas para siempre con nosotros en la Eucaristía.

¡Feliz y provechoso adviento!.

Tengas una buena Semana..

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