PALABRA DE VIDA

DOMINGO VIGÉSIMO SÉPTIMO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Santuario, 8 de octubre de 2017

 

                   "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular"

 

Ambientación

       Llamados por Dios, convocados por el Espíritu, nos hemos reunido aquí, un día más, para orar juntos a Dios Trinidad..

         El evangelio nos va a hablar de una viña arrendada, de unos viñadores, que no entregan el fruto, y de un amo que envía a su propio hijo a la viña y es despachado y aniquilado.

         El mundo es la viña, nosotros los viñadores y Jesús el Hijo que Dios ha enviado.

         También nosotros nos comportamos, a veces, como esos viñadores. No acogemos a Dios ni a su Hijo Jesús. No entregamos a Dios los frutos de la viña.

         Vamos a participar en esta Celebración, y vamos a procurar que nuestro comportamiento no sea como el de los viñadores homicidas de la parábola.

(Un momento de silencio)

 

En la presencia de Dios decimos:

- Tú, que has venido a anunciarnos el amor del Padre. Señor, ten piedad.

- Tú, que has venido a traernos el perdón de Dios. Cristo, ten piedad.

- Tú, que has venido para darnos la vida para siempre. Señor, ten piedad.

Dios, que es todopoderoso en amor, tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados, y nos lleve a la vida eterna.

 

Oración

 

Señor y Dios nuestro,

que, con amor generoso, desbordas los méritos,

y hasta los deseos de los que te suplican,

derrama sobre nosotros tu misericordia,

para que libres nuestra conciencia de toda inquietud

y nos concedas aún aquello

que no nos atrevemos a pedir.  Amén.

 

Leemos la Palabra, para que nos ilumine y nos afiance en la fe de Jesús:

+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo, 21, 33-43

 

En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: “escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para recibir los frutos que les correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a  otro la apalearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su Hijo diciéndose: "Tendrán respeto a mi Hijo". Pero los labradores, al ver al Hijo se dijeron: "Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? Le contestaron: 'Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular." Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? . Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino de los Cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.”

Palabra del  Señor

 

COMENTARIO:

         Entre todos los que estamos aquí, ¿habrá alguien que se haya dado por aludido, al escuchar este evangelio? Repito...

¿alguien de todos nosotros nos hemos sentido aludidos?        Seguramente hemos escuchado, una vez más, el evangelio como una historia que sucedió, o una parábola que dirigió Jesús a los judíos, pero que nada tiene que ver con nosotros.

         No debemos olvidar que el evangelio es tan actual como lo que estamos viviendo cada día. No es sólo para aquel tiempo, sino para cada día y cada persona.

         Esta parábola, por ejemplo, está reflejando perfectamente nuestra vida y nuestra actitud cristiana. La viña es el mundo, el Reino de Dios, y nosotros somos esos labradores.

         Yo no sé en qué nos hemos podido basar los cristianos durante mucho tiempo para creernos mejores que los demás. ¿Será por asistir a Misa? ¿Por estar bautizados? ¿Por rezar? ¿Por creer en Dios?.. Si nuestra fe sólo se reduce a eso, si los frutos que está dando nuestra fe son sólo esos, no estamos haciendo gran cosa para que este mundo nuestro sea de verdad el Reino querido por Dios para todos los hombres.  El culto y la alabanza que Dios quiere es que los hombres y las mujeres, todos, seamos solidarios, vivamos unidos y comprometidos en construir aquí un mundo más justo: donde nadie se sienta despreciado, ni nadie pase necesidad...

         Y, ya estamos viendo qué clase de sociedad y qué clase de pueblo estamos haciendo entre todos: todo lo contrario de lo que Dios tiene planeado.

         A Dios le pasa lo que aquel amigo con su viña...que fue a coger uvas y se encontró con agrazones...

         Nuestro amor a Dios se mide y se valora por el amor a los demás...En esto conocerán que sois discípulos míos...

         Los cristianos, los malos cristianos, los cristianos egoístas...son los mayores enemigos del cristianismo.

         "Si Dios existe, tiene que ser como tú", le dijo un anciano, pobre y ateo, a Abbé Pierre, después de haberle ayudado a conseguir ladrillos y a arreglar su chabola después de una ventolera que se la destrozó.

         "En su mano beso la mano de Dios que cuida de mí", decía un anciano moribundo a una Misionera de la Caridad que le ayudaba a bien morir.

         El cristiano verdadero es el que se muestra siempre en la vida como buen samaritano...siempre inclinado sobre el malherido, el que sufre, el que se encuentra solo, el pobre.

         Me impresionó en mis primeros años de sacerdote el símil del P. Lombardi: "Se reúnen unas cuantas vecinas para recibir clases de labores. Después de un tiempo, deciden reunirse para comer juntas un pollo asado. Aquel pollo asado es el comienzo de una gran amistad. Los cristianos compartimos todos los domingos el Cuerpo y la Sangre del Señor y seguimos tan alejados los unos de los otros como si nunca hubiéramos comido juntos...

         Nuestro verdadero culto no se lo damos a Dios aquí en la

Iglesia, sino en la vida de cada día. Resultan altamente sospechosas las Eucaristías, a veces diarias, de tantas personas que, a pesar de celebrar juntos durante años y años el sacramento del amor y de la fraternidad...sigan tan alejados psicológicamente y hasta físicamente unos de otros... ¿qué frutos producen?..

         Frutos de amor a los demás es lo que el Señor espera recoger de los labradores a quienes a arrendado la viña, de nosotros...

Es el momento de hacer silencio, meditar.........

 

         Oremos y Pidamos al Señor por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza.

 

1- Por todo el Pueblo de Dios: seglares y religiosos, para que seamos sal y luz en el mundo.

Roguemos al Señor

 

2- Que hagamos realidad en nuestra vida diaria la comunidad de fe, esperanza y amor que decimos profesar.

Roguemos al Señor

 

3- Que no descuidemos nuestra tarea de construir en la tierra el Reino de Dios. Roguemos al Señor

 

4- Por todos los que luchan por hacer un mundo mas justo, más humano, más solidario.

Roguemos al Señor

 

Señor y Dios nuestro, ayúdanos en nuestra debilidad, para que todo lo que te pedimos sea pronto una realidad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Damos Gracias

 

Señor,

Tú no quieres la muerte del pecador,

sino que se convierta y viva.

Tú haces salir el sol sobre buenos y malos,

y haces que la lluvia

fecunde los campos de unos y otros.

Enséñanos, Señor, a amar como Tú amas,

sin despreciar a los que piensan de otra manera,

sin despreciar a los que nos critican,

sin guardar rencor a los que nos aborrecen.

Arranca de nosotros este corazón de piedra,

y danos un corazón de carne,

para que nos decidamos a amar y perdonar,

para que nos pongamos en pie con todos

y juntando nuestros esfuerzos

podamos conseguir una sociedad,

en la que vivamos en paz y en armonía.

¡Viva la Virgen de la Cabeza!

 

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