PALABRA DE VIDA

DOMINGO SANTISIMA TRINIDAD. CICLO B

Santuario, 27 de mayo de 2018

"PAZ A VOSOTROS."

 

Ambientación

        "¡Bienvenidos, hermanos! Volvemos a encontrarnos en el gozo pascual.

 

Alégrate, reina del cielo, aleluya.

R/Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.

V/Ha resucitado, según predijo; aleluya.

R/Ruega por nosotros a Dios; aleluya.

V/Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.

R/Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.

V/

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

Hermanos, en este domingo, celebramos, con toda la Iglesia, la solemnidad de la Santísima Trinidad. Si toda nuestra vida ha de ser un cántico de alabanza al Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, nuestra celebración hoy ha de ser tranquilo ejercicio de contemplación de la propia hondura de Dios, alabanza desbordada y acción de gracias sin límites al Dios que nos ha creado, nos ha redimido y nos ha santificado.

(Un momento de silencio)      

 

En la presencia de Dios

  • Dios y Padre nuestro, porque no siempre te reconocemos y confesamos como nuestro Padre, principio y meta de nuestro peregrinar por la vida. SEÑOR, TEN PIEDAD...

 

  • Hijo del Padre y Hermano nuestro, que eres el camino que nos conduce al Padre, porque no siempre caminamos de acuerdo con tus palabras y ejemplos. CRISTO, TEN PIEDAD...
  • Espíritu del Padre y del Hijo, que guías nuestros pasos, porque no siempre somos dóciles a tus inspiraciones. SEÑOR, TEN PIEDAD...

 

Oración

            Dios, Padre nuestro, que te haces presente entre nosotros por medio del Espíritu que nos guía a vivir como discípulos de tu Hijo Jesucristo, escucha nuestra oración y llénanos de tu amor y tu bondad. Amén

 

Escuchamos la Palabra

Lectura del santo Evangelio según san Juan. 20,19-31

 

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

- Paz a vosotros.

Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: - Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos.

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: - Hemos visto al Señor.

Pero él les contestó: - Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: - Paz a vosotros.

Luego dijo a Tomás: - Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Contestó Tomás: - ¡Señor mío y Dios mío!.

Jesús le dijo: - ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.

Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.

Palabra del Señor

                           

COMENTARIO:

 

            "Vivimos tiempos de confusión religiosa. El cristianismo les resulta a bastantes complicado y recargado. Tratan de vivir la fe con honradez, pero lo hacen de manera dispersa y fragmentaria. En su conciencia todo está bastante mezclado: Cristo, los sacramentos, Dios, la resurrección, el Papa, la Virgen.

Sin embargo, no todo es igual ni tiene la misma importancia. A muchas personas les haría un gran bien captar dónde está lo esencial de la fe para vivirla de manera unificada y sencilla. Una religión complicada y confusa no puede despertar gozo en el creyente. He aquí algunas sugerencias para vivir la fe en Dios Trinidad de forma cordial y cálida.

“Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra”. No estoy solo ni vivo olvidado. Dios es mi Padre, Él es mi origen y mi destino. Él me creó sólo por amor; él me espera con corazón de Padre. No sólo a mí, sino a todos los hombres y mujeres que son mis hermanos. Su nombre es hoy olvidado, negado y hasta despreciado. Yo mismo lo olvido con frecuencia. Pero Él es mi única esperanza, lo mejor que tengo. Aunque dude de muchas cosas, no quiero perder mi fe en este Dios Padre, pues intuyo que habría perdido lo esencial.

 

“Creo en Jesucristo, su único Hijo”. Sé que Jesús fue un hombre extraordinario, pero en él se encierra algo más. No es sólo un modelo a imitar o un maestro a seguir. Es el Hijo de Dios enviado por el Padre. En él descubro el rostro de Dios y también su corazón. Sé cuántas cosas se escriben y se dicen hoy de Jesús. Para mí, nunca será un hombre más. En sus palabras escucho la voz de Dios, en sus gestos intuyo su amor. En él le siento a Dios cercano, humano, amigo. Aunque olvide otras cosas, no quiero olvidar a Jesucristo. ¿Quién podría ocupar su vacío y ofrecerme la luz y la esperanza que de él recibo?

 

“Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida”. Creo en su presencia viva en mí y en todos los hombres y mujeres. Sé que es dador de vida porque pone en mí amor, luz, fortaleza y creatividad. Pero su mayor regalo es saber que ese misterio de Dios que, a veces, me parece tan lejano e insondable, está en el fondo de mi ser. Conozco mi superficialidad, pero no quiero vivir sólo desde fuera, ignorando lo mejor que hay dentro de mí.

 

Hoy es la fiesta de la Trinidad. No sé exactamente lo que se encierra detrás de esas palabras. Tampoco pienso mucho en esas cosas. Pero, a pesar de mi mediocridad y mi poca fe, quiero vivir y morir “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Quisiera recordarlo cada vez que me santiguo".

Es el momento de hacer silencio, meditar.........

 

      Oremos y Pidamos al Señor por intercesión de nuestra madre la Virgen de la Cabeza.

 

Todos: ¡Dios del Amor, escúchanos!

 

  • Por la Iglesia, para que vivamos unidos, trabajando por el bien de todos, siendo signo de servicio y disponibilidad en medio de nuestro mundo. OREMOS...

 

  • Por nuestro mundo, roto por las guerras y discordias, para que Dios Padre nos conceda el don de la paz y de la concordia. OREMOS...

 

  • Por quienes más sufren y están apartados de la sociedad, para que encuentren motivos y personas en quienes seguir confiando. OREMOS...

 

  • Por todos nosotros, para que en todo momento seamos constructores de amor y de paz. OREMOS...

 

Escúchanos, Señor, y concédenos aquello que más nos ayude a vivir en tu presencia. Por JNS...

 

Dirijámonos al Padre común, con la Oración que él nos enseño.

PADRENUESTRO.....

 

Damos Gracias

           

"Te damos gracias, Dios, Padre nuestro

por venir a morar en nosotros.

Te encuentras en tu casa y muy cómodo

en nuestro corazones cansados que no saben amar.

 

Te damos gracias, Jesús, Señor de la vida,

por hacernos capaces de amar

y de ser fieles a tu Palabra

 

Te damos gracias, Espíritu de la verdad,

que nos permites no olvidar nunca

las palabras y los gestos de Jesús.

 

Ayúdanos, Dios vivo, Padre, Hijo y Espíritu,

en medio de nuestros afanes y compromisos,

a colaborar en tu gran proyecto de morar en este mundo,

en todos aquellos y aquellas que aman".  Amén.

 

¡LA SANTISIMA TRINIDAD, SEA EL CENTRO DE NUESTRA VIDA!

 

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